Pues nada, aquí estoy, intentando que me llegue la inspiración en este día de lluvia. Tal vez deba salir a despejar me, a pensar sobre que escribir, pero bah, paso, esta lloviendo y no me quiero mojar. Pues bueno, ya que no voy a salir a estirar las piernas, escribiré sobre lo que vea por la ventana, sobre la inspiración que me llegue. Porque una vez que empiezas a escribir, la imaginación se desata de tal manera que no puedes dejarlo. Upps, primero estaría bien lo de levantar la persiana, y abrir la ventana para que en el viento viajen mis ideas. Vale, creo que estoy decidida a empezar.
Me encantan las tormentas de verano, los días en los que la lluvia refrescan el ambiente. En los cuales, el olor de tal no huele a rayos y relámpagos para el resto de la semana, simplemente huele a libertad, a tranquilidad... En estos días así todo el mundo quiere tirarse en el sofá, y ver como termina pronto el día viendo una película, comiendo palomitas. Yo soy de esas que prefieren salir, ponerse las botas de agua, el chubasquero y saltar en los charcos mientras me caen gotas por la nariz. También soy de esas de las que un día como este no me van a impedir ir a la playa, así que me pongo el bikini, preparo una mochila con una sudadera con capucha, y al agua patos. ¿Estais pensando que soy una loca?, nada de eso, pero si te vas a bañar de todas formas, el agua de la lluvia no te impide nada, además, soy de esas que se quedan con lo bueno de las cosas. Contra mas frió haga en la calle, menos fría notare el agua.
Bff, hoy es de esos días que la inspiración tarda en llegar. Ahora leo por cuarta vez todo lo que e escrito, y me parece que es otra forma de expresarse, extraña y tal, pero es lo único que se me a ocurrido mirando por la ventana. La imaginación puede llegar de cualquier lugar, en cualquier momento, incluso sin levantarte de la silla.
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