lunes, 9 de abril de 2012

Como anuncios

Y así son todos los días, idénticos, dejando pasar las horas como si  fuesen los anuncios que nos obligan a ver mientras esperamos que nuestro programa favorito empiece. Aquí estoy yo, tumbada en mi cama, castigada, viendo como pasa el tiempo frente a mis ojos, como se esconde el sol y aparece la luna, y así una día si y otro también. La verdad esto si es perder el tiempo, porque mientras estoy aquí, no puedo verle, besarle, demostrarle todo lo que le quiero, todo lo que es para mi. No le puedo dar sorpresas, no podemos pasear de la mano y mucho menos puedo decirle mirándole a los ojos que le quiero, que lo es todo.
Esto no puede seguir así, de alguna manera tengo que conseguir mis propósitos, aprovechar las 24 horas del día al máximo, y si alguien intenta impedírmelo, intenta impedir mi felicidad pensando que es lo mejor para mi en un futuro, que así escarmentare de mis errores, están confundidos porque de cada error se aprende una lección, y estar castigada no te enseña ninguna lección, la lección se aprende en el momento, cuando la lías, cuando sabes que algo lo has echo mal pero no hay otra forma de remediarlo. Prometes mejorar, no volver hacerlo, pero no siempre funciona. Así que yo hoy e decidido no dejar que me prohíban la felicidad. Porque cada sonrisa cuenta una historia, y si no le veo sonreír, no tendré una buena historia para contar.
Hoy es el día en el que prometo hacer locuras por amor. Y no dejar que nada, ni nadie me haga ver anuncios interminables, anuncios que nunca terminan, anuncios que no llegan nunca a su fin y al final, tan cansada de ver anuncios, consiguen que el programa de televisión termine, de alguna manera, porque si la gente se dedica a solo ver anuncios, esta serie no tendrá audiencia, no tendrá futuro, solo tendrá un final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario